Las redacciones premiadas han sido las de Martín y Emma.
Diario de un niño explotado (página redactada por Martín, 6ème A)
Hoy llegué tarde a la fábrica de electrodomésticos y me trasladaron al puesto de atornillar tornillos en la cadena de montaje. Me desperté a las siete en vez de las seis de la madrugada como otros días. En la India, los niños pobres de mi edad trabajan 12 horas diarias. El caso es que que me desperté tarde y el camino para ir a la fábrica es largo, por lo menos una hora. Estuve atornillando toda la mañana, como todos los días. El calor es insoportable y el ruido también.
Por fin, llegaron las 12:00. Yo tengo suerte que en la fábrica haya 20 minutos de descanso para comer la ración de pan seco pero cuando cumpla los 12 años se acabará el chollo de los 20 minutos, así es.
Por la tarde, el calor apretó bastante más. Ya son las diez y ya estoy en lo que podríamos llamar mi casa pero que más bien se parece a una chabola. Me han hecho trabajar dos horas suplementarias no pagadas por llegar una hora tarde. Ahora voy a comer mi sopa (que debería estar caliente pero no lo está) y luego me iré a dormir y mañana tocará un día igual que este.
Diario de un niño explotado (texto escrito por Cecilia, 6ème B)
Carlos es un niño de 11 años cuyo padre abandonó el hogar. Vive con su madre y sus dos hermanos de 4 y 5 años.
Hoy es domingo, pero para mí todos los días de la semana son iguales. Da igual que el resto del mundo no trabaje, yo debo trabajar todos los días aunque no me encuentre bien ya que de mí dependen mi madre que está enferma y mis dos hermanos Pablo y Luca de 4 y 5 años. Por cada día de trabajo, en total 12 horas, me pagan 1 euro y con este dinero compramos las medicinas para mi madre y la comida para los 4. Como cada día, mi madre me despierta a las 3 de la madrugada, es de noche y hace mucho frío. Duermo en una alfombra y mi madre junto con mis hermanos en otra a mi lado. Nuestra casa es una pequeña cabaña con una sola habitación que sirve de dormitorio, cocina, sala de estar, de todo.
Lo que más me gusta es el amor infinito con el que mi madre me llama, siempre con un beso y un fuerte abrazo, sin hacer ruido para no despertar a Pablo y Luca. Rápidamente me visto y cojo un trozo de pan del día anterior mientras me voy. Camino dos horas, yo solo bajo las estrellas, hasta llegar a la mina. Son las 5 de la mañana y empieza mi turno hasta las 5 de la tarde. Me adentro por los túneles bajo la montaña, la verdad es que tengo miedo porque está muy oscuro y estoy cansado. Llevo herramientas con las que debo ir cavando para hacer más largo el túnel y llegar a las esmeraldas. Como soy muy delgado y pequeño, los adultos me hacen meterme por pequeños pasadizos buscando piedras preciosas. En las 12 horas de trabajo sólo he parado 20 minutos. Para reponer fuerzas he bebido agua y he comido raíces. Son las 17 horas y he terminado. Tengo otras 2 horas de vuelta a casa. Llego destrozado y cansado, pero no le digo nada a mamá para no ponerla triste.
Hoy es domingo y ha cocinado algo especial: pastel de patatas para todos. Cenamos y a las 20 horas ya estamos durmiendo. Mañana me espera otro día duro.
Sueño con poder ir a la escuela, es lo que más echo de menos. Me gustaría estudiar duro y llegar a der médico y así poder curar a mi madre, proteger a mi familia y luchar por los niños explotados y su educación. ¡Ojalá lo consiga!
La explotación laboral infantil (texto informativo redactado por Emma, 6ème A)
Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el trabajo infantil se define como todo trabajo que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad y que resulta perjudicial para su desarrollo tanto físico como psicológico.
Sin embargo, aunque el trabajo infantil es ilegal, millones de niños trabajan sobre todo en los países en desarrollo. Trabajar siendo niño tiene muchas consecuencias negativas para él; es peligroso para su salud física y mental, le impide ir al colegio...Por lo tanto, si un niño deja de ir al colegio, al ser analfabeto siempre tendrá que realizar trabajos físicos y mal pagados.
Gracias a los controles, en Europa no hay casi trabajo infantil pero muchas marcas europeas aceptan que sus productos estén hechos por niños por niños. Por ejemplo, en la India y en Bangladesh, hay muchas fábricas de ropa española. En ellas, hay niños que trabajan muchas horas por muy poco dinero. Deberíamos tenerlo en cuenta cuando compramos ropa, zapatps, accesorios, etc...
En conclusión, nosotros los niños deberíamos luchar contra el trabajo infantil para que fueran respetadas las leyes en todo el mundo.
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